Republica Dominicana, Santo Domingo — La noche que Jennifer fue a disfrutar con amigos en la discoteca Jet Set se convirtió en una pesadilla que jamás podrá olvidar. Ella, como muchos otros, nunca imaginó que esa velada terminaría siendo un momento de horror, pérdid4 y necesidad de justicia.
“Fui porque unas amistades me invitaron a compartir un rato, a bailar y a pasarla bien,” relata Jennifer con voz entrecortada, aún con el peso del trauma en su corazón. Pero lo que comenzó como una noche de alegría, se tornó en una escena de caos y desesperación cuando el techo del lugar colapsó de forma repentina y devastadora.
Las cámaras de seguridad captaron el instante exacto en que Jennifer, justo en el área del lounge, se encontraba en movimiento hacia la entrada, ajena a la tr4gedi4 que se estaba gestando. En cuestión de segundos, una gran nube de p0lvo, restos de estructura y escombros invadieron el espacio, transformando la noche en un escenario de terr0r.
“Sí, logré salir con vida, pero me golpe0 con fuerza contra la pared del ‘loving’. Sentí un golpe tan fuerte que pensé que no lo iba a superar,” confiesa con lágrimas en los ojos. La fuerza del impacto le dejó heridas físicas y emocionales que aún le duelen.
Jennifer no pudo advertir a sus amigos. La velocidad con la que la estructura se desplomó no dejó margen para reaccionar, y en un instante, la alegría y la música dieron paso a gritos, llantos y el polvo que cubría todo a su paso. Muchos quedaron atrapados, otros huyeron como pudieron, pero todos compartieron un mismo temor: la incertidumbre de si saldrían con vida.
“Fue algo que nadie se esperaba. La forma en que todo se vino abajo en segundos dejó a todos en shock,” comparte con voz entrecortada. Su relato no solo es un testimonio del horror vivido, sino también un llamado urgente a la justicia. La tr4gedi4 pudo haberse evitado, y las familias de las víctimas merecen respuestas y responsabilidad.
Jennifer, como s0brevivient3 y testigo, exige que se investigue a fondo lo ocurrido, que se sancione a quienes tengan responsabilidades y que ninguna otra familia pase por lo que ella y tantos otros han enfrentado. Porque ninguna noche debería terminar en desastre, y ninguna vida debería ser destruida por la negligencia o la falta de control.
Su historia es un recordatorio de que la seguridad y la justicia deben estar por encima de los negocios y los intereses económicos. La vida de Jennifer y de todos los afectados merece ser valorada y protegida.
¡Justicia para las víctimas del colapso en Jet Set!
Porque ninguna vida debe quedar en el olvido, y porque las tragedi4s no pueden repetirse, Jennifer y todos los s0brevivient3s claman por respuestas, por justicia y por un futuro en el que la seguridad sea una prioridad, siempre.
A pesar de estar desorientada, Jennifer tomó la decisión de regresar al interior del local tras lograr salir. Lo que encontró fue una escena devastadora: “la puerta de entrada estaba obstruida por escombros, y debajo había personas atrapadas, gritando que por favor los ayudaran”.
Según relató, muchas de las víctimas estaban cubiertas de sangre y agua, y sus cuerpos apenas eran visibles entre los escombros de concreto. “Había mucha oscuridad, gritos, personas desesperadas”, recordó Jennifer, describiendo el nivel de angustia que dominaba el lugar después del derrumbe.
Aunque el miedo la invadía, su instinto fue intentar ayudar, pero la magnitud del desastre era tan grande que la tarea resultaba abrumadora. El dolor y la desesperanza eran evidentes en cada rincón de la discoteca.
Desde hoy, testimonios como el de Jennifer se convierten en piezas fundamentales para reconstruir los hechos del colapso y para que las autoridades puedan determinar las responsabilidades correspondientes.
Su testimonio, humano y valiente, no solo refleja el horror vivido, sino también la necesidad urgente de justicia para las víctimas, muchas de las cuales todavía esperan ser escuchadas.