El artista Rubby Pérez grabó “Volveré” en una madrugada inesperada

Republica Dominicana, La historia del Artista cambió cuando Rubby Pérez grabó “Volveré” a las 3 a. m. tras un llamado urgente de Bienvenido Rodríguez. En Santo Domingo, República Dominicana, una madrugada transformó para siempre la historia del merengue dominicano. En el corazón de Haina, a las tres de la mañana, Rubby Pérez recibió una llamada urgente de Bienvenido Rodríguez para grabar un tema que no estaba en sus planes: “Volveré”.

Aquella grabación improvisada marcaría un antes y un después en su carrera y en el panorama musical del país. Aunque no estaba previsto que Rubby interpretara la canción, aceptó el reto y grabó en un tono más alto del que acostumbraba.

Su interpretación sorprendió a todos por el impacto vocal que logró alcanzar. Este momento fue clave para que su nombre quedara grabado como uno de los grandes íconos de la música tropical dominicana.

Durante una conversación reciente, Ramón Orlando, reconocido músico y productor, compartió detalles inéditos sobre esta etapa de la vida artística de Rubby Pérez.

Recordó su paso por agrupaciones importantes como Los Hijos del Rey y cómo, más adelante, se consolidó como solista. Ramón fue testigo directo del talento de Rubby y lo apoyó como arreglista y guía en esa sesión crucial.

Lo de Rubby era una maravilla, una voz que se metía en el alma de la gente”, expresó Ramón Orlando. Señaló que, aunque Rubby no tenía graves profundos, su fuerza se destacaba en los tonos altos, donde su voz brillaba con una potencia excepcional.

Ramón Orlando también mencionó que solo trabajó en dos temas clave con Rubby Pérez: “Volveré” y “Para que no me olvides”.

La Carrera de Rubby Pérez: De la Mano de Sonny Ovalle y Ramón Orlando

El ascenso de Rubby Pérez en el mundo del merengue no fue un camino solitario. A lo largo de su carrera, ha contado con el apoyo y la colaboración de grandes figuras de la música, como el productor Sonny Ovalle y el músico Ramón Orlando. Estos aliados fueron fundamentales en la estructuración de su repertorio y en la revitalización de su carrera, dejando un legado imborrable en la historia del merengue.

1. La Estructuración del Repertorio con Sonny Ovalle

El productor Sonny Ovalle jugó un papel crucial en la consolidación del éxito de Rubby Pérez como solista. Fue Ovalle quien estructuró el repertorio que cimentó su popularidad, seleccionando y produciendo temas que se convirtieron en verdaderos himnos del merengue.

Canciones icónicas como “Desnúdate Mujer” y “Dame Veneno” se volvieron parte fundamental del legado musical de Rubby. Estos temas no solo destacaron por sus pegajosas melodías y ritmos contagiosos, sino también por la interpretación apasionada y carismática de Rubby Pérez, que resonó profundamente con el público.

2. La Colaboración con Ramón Orlando y “El Perro Ajeno”

Años más tarde, el destino volvió a unir a Rubby Pérez y Ramón Orlando en una producción que revitalizó su carrera: “El Perro Ajeno”. Esta canción, originalmente pensada para otro artista, encontró en Rubby la interpretación ideal para convertirse en uno de los éxitos más recordados del merengue en la década de los 2000.

Ramón Orlando, quien cariñosamente llamaba a Rubby “El Varón”, reconoció de inmediato que Rubby se identificaba profundamente con el tema. La colaboración entre ambos no solo resultó en un éxito comercial, sino que también destacó la química musical y el respeto mutuo que compartían.

3. La Humildad y Pasión de Rubby Pérez

Además de su indiscutible talento, Ramón Orlando destacó la humildad de Rubby Pérez en el estudio. Según sus palabras, Rubby era un artista de ritual sencillo, sin excentricidades. Esta humildad y su dedicación a la música eran evidentes en cada sesión de grabación.

“Era el Superman de la J”, comentó Ramón Orlando entre risas, resaltando la pasión y entrega con la que Rubby asumía cada canción. Esta actitud profesional y su capacidad para conectar emocionalmente con la música fueron factores clave en su éxito perdurable.

La carrera de Rubby Pérez también se ha caracterizado por sus relaciones de respeto y admiración con otros exponentes del merengue, como Fernando Villalona. Más allá de la competencia profesional, existía un lazo humano genuino entre ellos, basado en el respeto mutuo y una profunda admiración por el talento de cada uno.

Estas relaciones han enriquecido la escena del merengue y han contribuido a un ambiente de camaradería y colaboración, que ha permitido a artistas como Rubby Pérez y sus contemporáneos elevar el género a nuevas alturas.

Desde aquella madrugada en Jaina hasta los grandes escenarios internacionales, Rubby Pérez no solo se ganó el aplauso del público, sino también un lugar especial en la historia del merengue. Lo que comenzó como una llamada inesperada terminó siendo uno de los momentos más importantes de su carrera artística.

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