Han pasado dos meses desde lo ocurrido en el centro de entretenimiento Jet Set, periodo durante el cual la tristeza y el vacío han sido constantes en la vivienda de Anastacio Peguero, ubicada en Haina, provincia de San Cristóbal. En la entrada de su casa se encuentra una imagen de su hija Clarisleny Peguero Castro, a quien llama su princesa y cuya ausencia lo ha mantenido en llanto desde aquella noche.

Clarisleny tenía 20 años. Era la segunda de sus dos hijos y la única mujer. Estudiaba Ingeniería Comercial en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y estaba prevista a culminar su carrera con altos méritos el próximo año.
Mira Esto:

Con lágrimas en el rostro, el afectado recuerda a su hija como una joven dedicada, responsable, con gran interés por los negocios desde temprana edad. En sus palabras, “cuando vienen los recuerdos de lo que fue que perdimos todavía pasan los días, las horas, el dolor que siento en el alma como que se me acrecienta porque se quedaron tantas cosas, pasiones, sueños que ella tenía, motivaciones. Ella estaba supuesta a graduarse el próximo año y las calificaciones que ella llevaba era para graduarse con honores”.

Además del impacto emocional, Peguero sufrió lesiones físicas al quedar atrapado bajo los restos de la estructura. A la discoteca acudió con su hija y su esposa, Claribel Castro, quien continúa en cama por las consecuencias de aquel día. Según explica, “esa fatídica noche perdí creo que el ser que yo más amaba, que fue mi niña, en una noche que entendíamos que iba a ser mágica terminó siendo una tragedia”.
Mira Esto:

La joven había insistido en asistir al evento luego de ver el reconocimiento realizado al artista Rubby Pérez durante Premios Soberano. Su insistencia llevó a su padre a reservar mesa esa misma tarde, llegando al lugar pasadas las 10:30 p.m. Aunque todo parecía normal, incluso al observar parte del techo desprenderse, nada hizo prever lo que sucedería después.

“Ella estaba muy contenta por la fiesta, cuando llegamos comenzó a tirarse fotos, fue lo bonito que vimos de la noche, que entendíamos que habíamos llegado a un lugar que se reunía la familia”, expresó Peguero. Minutos después, el colapso los dejó atrapados bajo los escombros. “Yo la llamaba Clarisleny, Clarisleny y le decía a mi esposa quédate tranquila, yo la estoy llamando, porque mi preocupación era que mi esposa mantuviera la calma porque sufre de la presión”, relató.
Mira Esto:

Durante 13 horas permaneció con una pierna atrapada, hasta que fue rescatado en la tarde del día siguiente. Fue llevado al Hospital Universitario Docente Central de las Fuerzas Armadas, donde solo pedía que encontraran a su hija. Con el paso de los días, su esperanza disminuía, aunque seguía orando. “Yo me acuerdo que de madrugada yo me sentaba y me ponía a orar y lo que hacía era pedirle a Dios que se llevara cualquier cosa, que me quitara cualquier cosa, pero que preservara la vida a mi niña”, expresó.

Un amigo intentó calmarlo diciendo que su hija estaba ingresada en otro centro médico. Sin embargo, días después recibió la noticia que temía. “Ese momento tan difícil en que yo recibí esa noticia no podía entender o no podía creer. Yo sentí que la vida se me fue, sentí que la vida se me había acabado porque tanto que yo le pedí a Dios y todavía me hago las preguntas y quedo con tantas preguntas y respuestas y me pregunto ¿Por qué a mí, por qué mi niña?”, dijo.
Mira Esto:

Actualmente ya puede caminar sin muletas, aunque su esposa continúa en cama con problemas en la pelvis, una pierna y un brazo, además de obstrucciones y desgarros. A pesar del dolor, Peguero mantiene su fe y asegura: “Pero más que justicia divina, que le pido a Dios todos los días, que cuide mi bebé allá en el cielo y me la ponga en un buen lugar. Eso es lo que más le pido a Dios todos los días”.
Decidió sumarse a otras familias que han presentado acciones legales contra los propietarios del establecimiento, afirmando que la situación que vivieron pudo evitarse.
Mira Esto:
El desplome del techo ocurrió en la madrugada del 8 de abril, mientras se realizaba una presentación del merenguero Rubby Pérez. Más de 180 personas resultaron afectadas y se han presentado al menos 65 denuncias en la Fiscalía del Distrito Nacional.