Republica Dominicana, Madrastra enfrenta posible condena de 30 años por caso en Los Alcarrizos. El padre habló en entrevista y contó todo.
En el municipio de Los Alcarrizos, en Santo Domingo, se investiga el caso de Carlos David Díaz, un niño de apenas dos años que perdió la vida presuntamente debido a maltratos físicos. La principal señalada en este hecho es su madrastra, quien podría enfrentar hasta 30 años de prisión, según lo establecido por el Código Penal dominicano para situaciones graves como esta.
Especialistas en derecho penal han señalado que, por la manera en que ocurrieron los hechos y por la gravedad de las lesiones, la mujer implicada podría recibir la pena más severa. Además, el padre del menor podría enfrentar cargos si se comprueba que supo del trato recibido por el niño y no tomó las medidas necesarias para protegerlo.
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Carlos David era un pequeño que apenas empezaba a hablar. El informe médico preliminar reveló que el niño presentaba traumatismo craneoencefálico severo, con daños visibles en el cráne0, además de múltiples lesiones en el cuerpo. Su partida ocurrió un viernes y fue sepultado después de confirmarse su situación.
Testimonios señalan que la madrastra del niño lo disciplinaba de manera agresiva. Este caso ha provocado reacciones en todo el país y ha vuelto a encender el debate sobre el uso del castigo físico en la crianza de niños y niñas.

“Cuando yo vi ese caso anoche, hasta se me salió una lágrima. Dije: es que no hay justicia, porque la meten presa, sale a los 30 años y ya ella disfrutó su vida, pero el niño no disfrutó la suya”, dijo una ciudadana.
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Estudios realizados por Conani y Unicef revelan que seis de cada diez niños en República Dominicana han sido víctimas de métodos de corrección que involucran daño físico o emocional, un problema preocupante aún presente en muchos hogares.

En un desgarrador relato, un padre comparte la terrible experiencia que vivió su hijo, víctima de presunto maltrato por parte de la madrastra, en un caso que ha conmocionado a la comunidad y está en manos de las autoridades para esclarecer los hechos.
El Encuentro y la Confianza
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Todo comenzó en una reunión social, donde David, el padre del menor, conoció a la mujer que más tarde sería acusada de causar daño a su hijo. Según su testimonio, ella se mostró dispuesta a ayudar con el cuidado de los niños, ya que también era madre y compartía su historia. “Le conté que tengo dos hijos, y ella respondió que podía ayudarme porque también tenía una niña de 8 años. Dijo que si éramos pareja, ella tendría que apoyarme”, relató David. En ese momento, parecía una relación de ayuda y confianza, pero las señales que emergieron posteriormente revelaron algo mucho más oscuro.
Las Primeras Señales y las Dudas
El niño, en un principio, no presentó signos evidentes de daño. Sin embargo, con el tiempo, comenzaron a aparecer moretones y lesiones que despertaron sospechas. En una ocasión, la madrastra afirmó que el menor se había resbalado en la bañera, y días después, su hermana notó un brazo inflamado. En el hospital, los médicos confirmaron que el niño tenía dos fracturas, y aunque la madre adoptiva insistió en que fue un accidente, nuevos incidentes, incluyendo una lesión en la cabeza, aumentaron las alarmas.
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El Secreto y la Negligencia
El padre, en su relato, admitió que no compartió toda esta información con la abuela del niño, debido a tensiones existentes. Sin embargo, expresó que la madrastra parecía tener afecto por el menor, lo que hacía más difícil aceptar la realidad. La confianza se fue desvaneciendo ante las evidencias y las dudas crecientes.
La Tragedia y la Búsqueda de Justicia
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Todo cambió cuando David recibió una llamada alertándolo de que su hijo estaba en mal estado en el hospital. Al llegar, encontró una escena impactante: la mujer en estado de shock, prácticamente desmayada, mientras su hijo luchaba por su vida. “Cuando llegué, se me acabó el mundo”, confesó, con lágrimas en los ojos. La madre adoptiva fue encontrada en ese estado, y ahora, todo el caso está siendo investigado por las autoridades para determinar responsabilidades y hacer justicia.
Un Caso que No Puede Quedar Impune
Este trágico incidente pone en evidencia la importancia de estar atentos a las señales de maltrato infantil y la necesidad de que las familias y la comunidad actúen con prontitud ante cualquier sospecha. La historia de este niño y su familia busca no solo esclarecer los hechos, sino también prevenir que otros casos similares vuelvan a ocurrir.
Mientras las investigaciones continúan, la esperanza de justicia y la protección de los derechos del menor permanecen intactas. La comunidad y las autoridades llaman a la reflexión y a la acción para proteger a los más vulnerables y garantizar que casos como este no queden en la impunidad.